CUARENTENA CRIMINAL
El aislamiento social a causa de la covid-19, durante los primeros meses del año, paralizó al mundo: millones de personas se resguardaron en sus casas. Mientras tanto, las bandas criminales que delinquen en las comunas de Medellín continuaron activas. Algunas, incluso, más fuertes que antes.
Por Juan Manuel Cano & Valentina Aramburo
2020
EL impacto de la pandemia en las bandas delincuenciales de Medellín
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Capítulo 1
A las 7:00 p.m. del 20 de marzo de 2020 Antioquia se paralizó por completo. Aquella noche, las patrullas y el helicóptero de la Policía no tenían como intención la captura de algún cabecilla o el desmantelamiento de alguna banda de microtráfico, iban tras la búsqueda de ciudadanos desprevenidos, indiferentes. Las sirenas y el reflector incandescente del helicóptero, por el contrario, anunciaban el inicio de la “Cuarentena por la vida”.
Mientras la legalidad se aísla, el crimen se activa
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Capítulo 2
Alianzas ilegales
La pandemia, como momento coyuntural en la ciudad, ha permitido mirar a los ojos a una fiera que parece querer arrasar todo: el conflicto urbano.
Uno de estos hábitos, acentuado durante la pandemia por parte de los grupos dedicados a actividades ilícitas en la ciudad, no es más que la cara visible del problema histórico que aqueja a Medellín: la unión entre bandas delincuenciales y combos criminales con la institucionalidad.
Capítulo 4
Todos en cuarentena, menos el crimen: Caso Comuna 13
Desde 2005, la comuna 13, San Javier, ubicada en la zona centro occidental de Medellín, ha hecho un esfuerzo de transformación social donde las paredes, contra las cuales se cometieron múltiples crímenes, se transformaron en grafitis que luchan, en un ejercicio de memoria, por ser legados de la historia para cambiar y transformar el futuro.
Llegó la pandemia y el ruido, la música y el baile cesaron. Pronto, en las calles oscuras y ante la ausencia del Estado, el crimen salió de las grietas y brotó de los callejones ahora deshabitados.
Capítulo 3
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, “con la premisa de seguir salvando vidas, progresar en la apertura segura de todos los sectores y proteger la capacidad de atención en la red hospitalaria” había decretado una nueva cuarentena estricta y obligatoria durante 14 días en un polígono que comprendía, por lo menos, doce barrios del centro de la ciudad.
Con el decreto 0706 de 2020, que reglamentaba la medida, se pretendía hacer frente al aumento en “la cifra de contagios registrados en la zona, por concentrar gran parte de la actividad comercial de la ciudad”, como lo anunció el comunicado emitido por la Alcaldía.
De reinventarse y otros delitos: Caso Comuna 10
Capítulo 5
“Hemos crecido con ellos; son muchachos con los que crecimos jugando”, afirman dos habitantes del 20 de Julio, barrio de la comuna 13, mientras asienten con tono nostálgico.
Amor y odio es el resultado de una compleja relación que se ha prolongado en el tiempo en los territorios donde día a día se recrudece la violencia y en los cuales prima el sentido de pertenencia y lazos sociales tan fuertes que parecen ser inquebrantables.
De criminales a los Robin Hood del Barrio
Epílogo
Viaje al futuro:
Escenarios de la
post-cuarentena
Tras cinco meses de cuarentena obligatoria en Colombia, la Cuarentena por la Vida en Medellín, que comenzó el 22 de Marzo, terminó con las palabras del alcalde Daniel Quintero: “todo va a estar bien”, dando paso a la reapertura de los distintos sectores económicos.
Las bandas de Medellín, que habían mutado en los meses de confinamiento y se habían acoplado a las nuevas medidas, no dieron tregua ni descanso. “Lo que antes era una tienda ahora parece un supermercado”, describe, para la venta ilegal de drogas, James Zuluaga, defensor de derechos humanos.
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Perfil
Resistir a la violencia: James Zuluaga
James Zuluaga Arango —32 años, trigueño, cabello engominado, con barba en el mentón— es líder social y defensor de derechos humanos en la Comuna 13 desde hace 15 años. Recibe la video llamada pactada desde aquel lugar. El escenario rural que lo circunda, y su sonrisa frente a la cámara, otorga indicios del contexto en el cual se da el encuentro virtual.
"Estamos convirtiendo un lugar que ha sido conocido como un sitio de miedo, desolación, terror; en un espacio de paz, esparcimiento, recreación”, dice mientras levanta el celular sobre sus hombros para que su interlocutor tenga un panorama más amplio del lugar.
“Y hablo de La Escombrera”.